Estado anterior

Situado en el corazón de la potente transformación que Euralille ha supuesto para esta ciudad, el espacio objeto de esta remodelación permanecía ligado muy intrínsecamente a la antigua estación de Lille-Flandes, terminal ferroviaria del transporte regional y nacional. Los grandes cambios urbanísticos para la conversión de la zona en un polo de intermodalidad a escala territorial, a raíz primordialmente de la implantación de la nueva estación Lille-Europa de alta velocidad, pusieron de manifiesto la inadecuación de la antigua plaza a la nueva escala urbana del entorno y a las necesidades generadas por los nuevos grandes flujos de movilidad inducidos por la suma de esas dos grandes infraestructuras. Esta inadecuación se acusaba sobre todo por una ocupación casi total del espacio por parte de autobuses y taxis, que confería a la plaza un aspecto caótico que diluía la percepción del espacio público, así como la posibilidad de cualquier recorrido peatonal coherente. La confusión reinante negaba al lugar su nueva vocación como centro organizador de circulaciones - plaza vestibular. La dispersión se acentuaba asimismo por la presencia de pequeños edículos dispersos aleatoriamente que obstaculizaban todavía más los itinerarios y diluían la lectura del espacio como dominio público.

Descripción

A fin de redimensionar la plaza en función de su nueva situación urbana, la intervención comenzó estudiando los flujos que acogía y las correcciones necesarias para la optimización del funcionamiento integral de éstos. La recalificación de la plaza se centró en la reorganización de los transportes comunes (autobús en superficie y nudo intercambiador de dos líneas de metro en el subsuelo) y de los espacios destinados al vehículo privado, a los taxis, a las bicicletas y a los peatones, teniendo en cuenta los estacionamientos de larga y corta rotación. Esto comportó la redefinición de la estación de autobuses y la limitación del acceso a la plaza, que se limitó exclusivamente a los taxis y a los vehículos autorizados, a fin de priorizar las conexiones para peatones entre el centro de Lille y los nuevos desarrollos urbanos de Euralille.

La remodelación de la plaza despojó el lugar de las pequeñas construcciones existentes a fin de dar más movilidad a los peatones, organizando pertinentemente los puntos de intermodalidad, y apostó por un tratamiento muy homogéneo de los pavimentos que favoreciese la lectura coherente de todo el ámbito. Ante la disparidad de demandas funcionales, el criterio fue el de pavimentar unitariamente la superficie con resinas de mortero y hormigón pulido de un tono gris plata con incrustaciones puntuales de silicatos azulados. Para definir la nueva estación de autobuses se colocó una gran marquesina (8 x 53 m) paralela al mayor flujo de peatones entre las antiguas avenidas comerciales y la nueva oferta de Euralille. Bajo la marquesina de vidrio, iluminada con fibra óptica por la noche, las viejas y nuevas arquitecturas con fachada en la plaza se muestran conjuntamente, hecho que favorece una lectura completa del lugar. Esta imagen ligera y transparente se buscó igualmente en la definición de las pantallas y en la resolución de la señalética o el monumento a Willy Brandt, elementos todos ellos resueltos fundamentalmente con vidrio y acero inoxidable.

A fin de dialogar con la escala del entorno se dispusieron unas torres de iluminación altísimas y se escogieron árboles también muy altos en función de la transparencia de su follaje. Los árboles se colocaron en el perímetro de la plaza en grupos de 4 o 5 unidades y sus alcorques, muy estudiados, se resolvieron con rejas de fundición moduladas que asegurasen una gran superficie no impermeabilizada y que, junto con un drenaje por árbol, garantizasen las buenas condiciones para su crecimiento a pesar de las casuísticas de un subsuelo lleno de servidumbres de paso dada la fuerte presencia de túneles y galerías de instalaciones de las grandes infraestructuras de transporte y servicios.