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La llegada de la expansión industrial a la desembocadura del río Besòs implicó una transformación radical del paisaje con la construcción de los nuevos polígonos de viviendas, que casi siempre nacen vinculados a la creación de industrias. El primero de todos ellos, el barrio de la Catalana, se edificó para alojar a los trabajadores de la empresa eléctrica de este nombre, que se había establecido en 1917 al lado de la desembocadura del río. La empresa Cobasa construyó hacia 1960 el barrio del Besòs, que comportó un incremento importante del número de habitantes del municipio. Por último, en 1970 se levantó la Mina - que debe su nombre a la mina que surtía de agua la fuente de un famoso merendero- , como resultado de un convenio entre el Ayuntamiento de Barcelona y el Instituto Nacional de la Vivienda, para trasladar familias barraquistas a grandes bloques de pisos, lo cual contribuyó de manera importante a la masificación de la zona. Estos barrios ocuparon los terrenos que el Plan Cerdà contemplaba como el gran parque del Besòs, pulmón de Barcelona, del que el actual parque no ocupa sino una pequeña parte de las 190 ha de espacio verde que el urbanista había previsto para la margen derecha del río. En los últimos años, el espacio donde hoy se encuentra el parque era compartido por las instalaciones industriales de Electrometalurgia el Carburo, Cemoto, S.A. y Parque Norte y las masías de Can Sabaters y Can Sambró.

Descripción

El parque se sitúa en el barrio de Besòs de Sant Adrià y linda con los barrios de la Mina y la Catalana, que en conjunto, según el censo de 1998, suman 15.922 habitantes, el 50 % de la población del municipio. Tiene por límites la calle Cristóbal de Moura, la línea de enlace del ferrocarril, la zona deportiva de la Federación Española de Fútbol y la ronda de Sant Ramon de Penyafort. En el otro lado de la ronda se encuentra el barrio también llamado Besòs, pero situado ya en el término municipal de Barcelona.

Es un parque moderno, abierto y con un diseño de líneas geométricas, que se asienta sobre un terreno totalmente plano. El espacio se estructura a partir de una serie de líneas longitudinales trazadas con piezas de hormigón y también por medio de dos paseos pavimentados bordeados de farolas y árboles, que atraviesan el parque y ofrecen la posibilidad de usarlo sin abandonar un cierto ambiente urbano. El resto de su superficie se resuelve combinando tres islas de árboles, en forma de franjas serpenteantes, con la gran explanada que es el espacio mayoritario del parque, cubierta principalmente de hierba corta con pequeños recortes de pavimento. Estas islas arboladas y los paseos se cruzan en algunos puntos, con lo cual se facilita el paso de los ambientes abiertos y soleados de la explanada a los espacios más cerrados y sombreados de las franjas de árboles. La explanada se destina a usos lúdicos y colectivos e incluye zonas para la práctica de juegos y actividades deportivas, surtidores, marquesinas y diferentes figuras geométricas de hormigón (prismas, cilindros y una sinuosa líneas de esferas) que son al mismo tiempo elementos escultóricos y de juego.