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  • FINALISTA 2014

Mueseo Marítimo Danés

Elsinor (Dinamarca), 2013

Un dique seco del astillero del castillo de Kronborg, testigo abandonado de su pasado industrial, se convierte en el patio que da acceso y luz natural a la nueva sede subterránea del Museo Marítimo Danés.

Estado anterior

No es casualidad que Shakespeare situara el hogar del príncipe Hamlet en el castillo de Kronborg, uno de los edificios renacentistas más relevantes del norte de Europa. Durante siglos, su posición en la orilla occidental del estrecho de Øresund resultó estratégica porque reportaba cuantiosos ingresos a la corona danesa, que usaba el castillo para cobrar una tasa a todos los barcos que querían navegar entre el mar Báltico y el océano Atlántico. A mediados del siglo XIX, cuando perdió esta función de recaudación, el complejo fortificado se convirtió en un astillero que contribuiría a hacer de la industria naviera danesa una de las más importantes del mundo. Como prueba de ese apogeo naval, el interior del castillo se abriría al público como sede del Museo Marítimo Danés a partir de 1923. Sin embargo, en el último cuarto del siglo XX, la desindustrialización dejaría en el astillero de Kronborg un paisaje descuidado y decadente. Destacaba en él un dique seco que, en contradicción con su propio nombre, permanecía anegado de agua como símbolo de inactividad. Mantenerlo inundado era la forma de contrarrestar el empuje del terreno sobre sus fatigados muros de contención. Pero esa concavidad majestuosa, negativo de un buque de veinticinco metros de manga y ciento cincuenta de eslora, ofreció la oportunidad de trasladar el Museo Marítimo Danés a partir del año 2000, cuando la UNESCO designó el castillo renacentista Patrimonio de la Humanidad y se decidió vaciarlo para restituir sus interiores originales.

Objeto de la intervención

En 2004, cuatro grandes compañías navieras hicieron sendas aportaciones de 200.000 euros para financiar la convocatoria de un concurso arquitectónico que planteaba el traslado del museo al dique seco. Para evitar cualquier interferencia sobre la visión del castillo, el nuevo edificio no podía sobresalir de la rasante. Ello parecía indicar que habría que meterlo dentro del varadero, lo que hubiera generado varios problemas. Por un lado, el programa del nuevo equipamiento requería el doble de la superficie que ofrecía la cavidad preexistente, lo que habría implicado trabajar a varios niveles y hubiera complicado la aportación de luz y ventilación naturales a las plantas inferiores. Por otro lado, esta solución hubiera condenado la vacuidad cóncava del dique y su perfil hidrodinámico, que eran sus atributos más destacables. La propuesta ganadora rehuiría estos inconvenientes convirtiendo el vaso del dique en el patio central del museo. Once fundaciones diferentes sufragaron las obras para hacerla posible.

Descripción

El nuevo Museo Marítimo Danés ocupa un recinto rectangular excavado en torno al dique seco preexistente, que se ha vaciado de agua y vuelve a lucir como una concavidad con la forma del casco de un barco. Sus antiguos muros de contención se han liberado, así, de la presión de las tierras adyacentes y se han convertido en las fachadas del equipamiento. La vacuidad del patio central solo se ve interrumpida por la presencia de tres naves suspendidas que lo recorren en zigzag como puentes sesgados. La del lado oriental —donde estaría la popa del barco— está alineada con la entrada del castillo y su cubierta plana permite a los peatones atravesar el antiguo varadero de lado a lado. Contiene el auditorio del museo y tiene el suelo muy inclinado para dar apoyo a sus gradas. En las otras dos naves, también se inclinan las cubiertas, que son rampas anchas, de pendiente suave, por donde los visitantes acceden al museo. Un par de escaleras rectas bajan directamente hasta el suelo del patio, que fluye de proa a popa, sin interrupciones, por debajo de las naves suspendidas. El dique seco es, pues, un espacio exterior del museo, abierto a la circulación de todo el mundo, donde se pueden celebrar actos públicos como veladas y conciertos.

Valoración

El reciclaje de una infraestructura obsoleta como el dique seco del astillero de Kronborg ha reportado, en un solo gesto, varios beneficios. Por un lado, sin incrementar el volumen edificado de un sitio de alto valor patrimonial, se ha ganado espacio para trasladar el museo marítimo y liberar, así, el castillo renacentista, que luce ahora en su estado original. Por el otro, un escenario postindustrial decadente y desaprovechado ha ganado un foco de actividad con un impacto social y económico que va más allá de los límites de Helsingør. Por último, como en un buen ejercicio de «arte encontrado», se ha creado una coincidencia significativa entre contenido y continente. En efecto, un museo dedicado a la tradición naviera danesa habita un vestigio industrial que da testimonio de esta tradición. De este modo, el museo se ha convertido, en sí mismo, en un objeto expositivo.

David Bravo
Traducción de Maria Llopis

[Última actualización: 18/06/2018]

Ficha técnica

CIUDAD: Elsinor
PAÍS: Dinamarca
INICIO DEL PROYECTO: 2007
INICIO DE LAS OBRAS: 2010
FINAL DE LAS OBRAS: 2013
SUPERFICIE: 7.500 m²
COSTE: 40.000.000 €

Créditos

PROMOTOR:
Maritim Museums Byg A/S

AUTORES:
BIG - Bjarke Ingels Group

COLABORADORES:
Rambøll Denmark, Freddy Madsen Engineers, Alectia, Kossmann.dejong

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