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Como muchas poblaciones europeas, el centro de la ciudad de Estrasburgo estaba invadido por la circulación rodada. A comienzos de 1992, sólo por la Plaza Kléber circulaban unos 50.000 automóviles al día y su vocación de lugar de relación y encuentro de los ciudadanos había desaparecido. La Plaza de la Gare se convirtió en un amplio bulevar con cuatro vías de circulación que fragmentaba la que había sido la plaza de mayor superficie de la ciudad. Por último, los barrios periféricos, como los de la zona de Hautepierre-Cronenbourg, caracterizados por las grandes operaciones residenciales de los años sesenta y setenta, eran atravesados por carreteras que limitaban la circulación de los peatones a los pasos elevados.Objeto de la intervención
En 1989, la Comunidad urbana de Estrasburgo decidió tender una primera línea de tranvía dentro de una evidente política de potenciación del transporte público. Sin embargo, la reintroducción de este medio de transporte implicaba unos trabajos de gran envergadura que fueron aprovechados para rediseñar el tejido urbano. A lo largo de sus 12.5 km. de recorrido, el tranvía sirvió para reestructurar el espacio de la calle así como las diferentes plazas que debía atravesar. Al mismo tiempo, se entendió como un factor de cohesión social, en la medida en que se quería acercar al centro los sectores periféricos con alta densidad de población.Descripción
La primera sección del tranvía recorre el sector de Hautepierre a Cronenbourg. En este tramo se ha reducido a la mitad el espacio reservado a la circulación rodada y se ha creado una calle con aceras y pasos a nivel, en la que el tranvía circula sobre un suelo de hierba. De manera paralela, el barrio de Hautepierre fue objeto de un concurso de urbanismo dirigido a su renovación.En la zona del centro, la notable extensión de los sectores peatonales (2,8 ha) pasó por la peatonalización de la Plaza Kleber, en el corazón de la ciudad, y de los espacios adyacentes, a partir de un tratamiento especial del pavimento, la plantación de árboles y la introducción de un nuevo mobiliario urbano. La reestructuración de la Plaza de la Gare permitió devolverle su identidad como puerta de entrada de la ciudad y lugar de confluencia de una densa red de diferentes medios de transporte. La parada del tranvía, situada por debajo del nivel de la plaza, recibe la luz natural a través de un suelo transparente. Por otra parte, gracias a la modificación de la circulación de automóviles se ha podido crear en la plaza un amplio espacio peatonal.
El tramo final del recorrido del tranvía, al sur de Estrasburgo, sirvió para remodelar la Avenida Colmar, afecta de todos los inconvenientes de un paisaje desestructurado: puerta de entrada de la ciudad con una zona industrial de comienzos del siglo xx en proceso de terciarización y zona residencial. Aquí la estrategia se basó en dar prioridad a la fachada urbana, construyendo una sección de avenida de forma rigurosa, con dos calzadas para la circulación separadas por un amplio espacio central reservado al tranvía y cuatro hileras de árboles.
Valoración
En Estrasburgo se ha aplicado de manera convincente la capacidad del tranvía para mejorar y reencontrar la calidad de los espacios públicos en las ciudades. Gracias a un medio de transporte de larga tradición, aunque modernizado, se ha conseguido reequilibrar los espacios del centro urbano en favor de los peatones y las bicicletas, y las carreteras de la periferia se han transformado en ejes urbanos. Con la operación del tranvía se trata de otorgar a las áreas periféricas el respeto por los lugares públicos, la calidad de éstos y su mantenimiento, lo que por lo general se reservaba el centro de la ciudad. La mejora de los espacios públicos forma parte de un proceso mucho más complejo que pretende mejorar la calidad de vida de zonas que sufren graves problemas sociales.[Última actualización: 02/05/2018]
