Estado anterior

Tras la reunificación, Berlín mostró con nitidez una realidad urbana bien diferenciada. En la zona Este, grandes conjuntos de residencia masiva en los que se alojaba el 20% de la población en unas 273.000 viviendas, mientras que en el oeste tan sólo un 6% de los habitantes residía en este tipo de edificación. Durante cincuenta años, la política de la RDA en materia de vivienda se había dirigido hacia la construcción en gran escala de edificaciones hechas con paneles de hormigón prefabricados, para de esta manera resolver el problema de alojar grandes masas de población ofreciendo viviendas muy asequibles, en una clara operación de conquista de la periferia de las grandes ciudades. La ciudad de Hellersdorf, un sector de nuevas construcciones edificado a partir de 1985 sobre antiguos terrenos agrícolas en la periferia nordeste de Berlín, no estaba aún concluido cuando se produjo la caída del muro: de las 60.000 viviendas previstas, se habían finalizado unas 45.000. La actividad constructora se concentró en levantar las viviendas, pero a causa de problemas económicos, ciertas infraestructuras y equipamientos quedaron olvidados. Como en tantos otros conjuntos de viviendas, la urbanización del espacio público quedó pendiente y los terrenos entre los bloques se convirtieron en espacios intermedios sin definir, en los que comenzó a crecer una vegetación rala que fue cubriendo aquellos lugares que debían albergar los equipamientos y los espacios de uso común. A poco de su construcción, los bloques prefabricados de hormigón empezaron a mostrar importantes señales de deterioro. Al mismo tiempo, como consecuencia del cambio de sistema político-económico, el tejido social residente en los grandes conjuntos se vio afectado por un aumento de las tasas de desempleo y por la fragilización de las clases medias.

Descripción

La medida más extensa, por lo que respecta a la superficie, y la más notable en cuanto a la imagen externa de todo el conjunto residencial, consistió en la plantación de árboles en el espacio público en el quinquenio 1990-1995. Concretamente, se crearon jardines delante de los bloques y franjas verdes con árboles y arbustos entre la acera y la calzada. En total, se plantaron unos 3.600 árboles sobre una superficie de 62.000 m2, se instalaron unos 55.000 m2 de jardines delanteros y, al mismo tiempo, se puso en práctica un programa para cubrir con vegetación las fachadas.

Entre 1993 y 1995 se llevó a cabo un programa específico de creación de zonas lúdicas y espacios de juego con pelota en los patios de vecindad del interior de los bloques, partiendo del dato de que, a nivel de población, Hellersdorf es el distrito más joven de la ciudad (un tercio de la población es menor de 18 años). La intención era eliminar el déficit que sufrían los patios de los bloques y crear una oferta de juegos atractiva y de temática diversificada para las diferentes edades. En concreto, se renovaron doce campos de fútbol y se construyeron un total de veinticinco zonas de juego. Esta oferta es una medida independiente que no sustituye a las amplias mejoras que se inician en el entorno residencial. De esta manera, se pretende cubrir la necesidad inmediata de una oferta de juegos sin tener que esperar a que las condiciones financieras generales permitan la intervención global en los patios interiores.

Con objeto de desarrollar una actuación urbanística homogénea y continua en todo el conjunto residencial pero al mismo tiempo individualizada por sectores, el área se dividió en 18 grupos residenciales o barrios en los que, además de aumentar los espacios verdes y las zonas de juego, se han creado espacios de centralidad cuyas plazas se han diseñado a escala de una ciudad pequeña o un barrio. Como ejemplos de actuación en grupos residenciales destacan los de Leipziger Tor, Dresdner Viertel y Sollberger Strabe. A modo de ejemplo de creación de un espacio multifuncional debemos mencionar la intervención en el Bulevar Kastanienallee, una verdadera avenida con funciones de calle residencial y comercial dotada de todos aquellos elementos que se pide a un espacio público (zonas de descanso, terrenos de juego, espacios ajardinados y accesos a las galerías comerciales).