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  • SELECCIÓN ARCHIVO 2012

«Apartamento Deschis / Flat space»

Chisinau (Moldavia), 2010

La exposición pública de un apartamento recuerda la época en que las viviendas acogían exposiciones clandestinas.

Estado anterior

El fenómeno de las exposiciones clandestinas, que proliferó en toda la Unión Soviética durante el periodo del estancamiento brezhneviano, no hizo excepciones con la capital moldava. Prohibido y perseguido por las autoridades, el arte underground halló el soporte expositivo que le negaban los espacios de la cultura oficial en domicilios privados en los que personas de confianza se daban cita corriendo el riesgo de ser acusadas de «deslealtad ideológica». A la paradoja de exponer secretamente se añadía la de tener que reunirse en apartamentos de dimensiones muy poco generosas.

En efecto, buena parte de las viviendas de Chişinău eran tan pequeñas que desafiaban los límites de la habitabilidad. Después de que el terremoto de 1940 y los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial devastaran el 70% de sus edificios, la ciudad fue reconstruida con urgencia a base de grandes bloques residenciales de hormigón armado que la propaganda del régimen calificaría de «buenos, económicos y de rápida construcción». Pero, aparte de cambiar para siempre la fisonomía de la ciudad, la prevalencia de la lógica industrial por encima de la del tejido urbano y social tendría efectos contradictorios. En oposición a la pequeñez de las nuevas viviendas, los espacios intersticiales entre bloques eran tan excesivos que, todavía hoy, Chişinău ostenta una de las mayores proporciones de suelo libre entre las capitales europeas.

Conseguida la independencia, la economía de mercado ha irrumpido estrepitosamente en Moldavia y, con ella, una inhibición casi total del Estado en la cosa pública. Debilitada, desprestigiada y carente de recursos, la Administración se ha visto incapaz de hacerse cargo de los abundantes huecos urbanos de Chişinău, que, cuando no han caído en el descontrol y la negligencia, han sido presa de privatizaciones y ocupaciones ilegales. De este modo es como equipamientos culturales, zonas deportivas, áreas de juegos o parques y jardines tan pronto se han sustituido por edificios de oficinas o promociones inmobiliarias como se han convertido en paneles de anuncios publicitarios o aparcamientos informales. Este último es el caso de la explanada de propiedad municipal situada en la calle de Bucarest 68, justo delante del Departamento de Cultura del Ayuntamiento. Ausente de la agenda del consistorio, el espacio presentaba un aire triste y abandonado, reforzado por la invasión descontrolada de los coches y la adyacencia de una medianera ciega y deteriorada.

Objeto de la intervención

En 2008, una asociación de jóvenes artistas, con el apoyo de la European Cultural Foundation y de vecinos que realizaron contribuciones en especie y trabajo voluntario, promovió una instalación alternativa para hacerse con el lugar y contradecir de nuevo el discurso oficial. La bautizarían con el nombre de Apartament Deschis, que, traducido al inglés como Flat Space, da lugar a una ambivalencia significativa, puesto que juega con la noción de vivienda (espacio de apartamento) mientras remite a la forma más inmediata del espacio público (espacio llano). Se trataba de desafiar a las autoridades reivindicando el uso colectivo de un espacio negligido y poniéndolo al servicio del arte y la cultura.

La instalación, especialmente dirigida a los jóvenes, proponía la fundación de un punto de encuentro, un espacio generador de actividades y promotor de la participación cívica de abajo arriba. Había que poner encima de la mesa, de forma abierta, crítica y transparente, cuestiones urgentes e ineludibles sobre el espacio público y la ciudad; revisar las transformaciones urbanas en curso y pendientes en Chişinău, entender las realidades culturales, sociales y políticas de otros suburbios europeos o concebir un proyecto para transformar la propia explanada. En definitiva, con un presupuesto mínimo y a través de actividades muy variadas que se propagaran por el entorno inmediato, se trataba de reconquistar la superficie y el sentido del lugar.

Descripción

El Flat Space es la réplica literal de un apartamento funcionalista que se ha dispuesto como un quiosco sobre el firme de la explanada. La instalación está desprovista de cerramientos perimetrales, de modo que expone ante la mirada pública las intimidades de un piso limitado por los estándares soviéticos. Está ligeramente elevado del suelo y, si su geometría poliédrica ya lo convierte en un fuerte reclamo visual, su significado reviste una potente carga simbólica para quienes han vivido en un apartamento semejante.

Consta de un paño de fachada provisto de un pequeño balcón de hormigón. El balcón se ha cerrado con mediocres carpinterías de PVC que lo han convertido en galería, tal y como suele pasar en los bloques socialistas desde la llegada del capitalismo, cuando cada vecino ha personalizado sus ventanas convirtiendo las fachadas en mosaicos de individualidades que son la expresión de toda una sociedad en transición. Un tabique transversal a la fachada separa un ámbito que hace las veces de sala, comedor, cocina y dormitorio de lo que serían el recibidor y el baño. Una pequeña escalera sube hasta el suelo del apartamento, donde se han dibujado los muebles y los aparatos sanitarios para dar a entender su distribución. Más allá de los usos simbólicos de esta distribución, la tarima elevada funciona como punto de información de forma cotidiana y como escenario cuando hay representaciones o eventos con público.

La instalación, que se construyó con la colaboración de asociaciones locales, colectivos de artistas, voluntarios internacionales o activistas, se apodera asimismo de sus alrededores. En las juntas del pavimento de la explanada, que fue desbrozado, reparado y parcialmente liberado de coches, se han clavado tulipanes artificiales que le dan un aire de excepcionalidad. En la medianera adyacente cuelgan ilustraciones y, por la noche, se proyectan audiovisuales. Una vez reconquistado, el lugar ha sido escenario de exposiciones, conferencias, conciertos, proyecciones de videoarte y cine, recitales de poesía, reuniones con estudiantes extranjeros, ferias de almonedistas, mercados de intercambio, manifestaciones, recogidas de firmas, encuentros de excursionistas, talleres de escritura, cursos de cocina acompañados de almuerzos populares, barbacoas o degustaciones de Mămăligă (plato típico hecho con maíz).

Valoración

Con muy poco gasto y en contraposición a la práctica de decorar espacios sin atender a contenidos, el Flat Space convierte la precariedad en un monumento. Así devuelve su sentido más auténtico a un espacio público dominado por la representación del poder o la publicidad comercial. Lo logra recuperando el espíritu subversivo de los apartamentos museo, tan necesario en un pasado en que el arte oficial era un medio de propaganda totalitaria como en un presente en que se ha convertido en mercancía. Al deshacerse de las fachadas, el ámbito doméstico ha perdido la condición de recinto ─de escondite─ para participar del entorno y solidarizarse con él. Con esta metáfora cívica, la instalación reclama la necesidad de espacios compartidos, libres de control político o de barreras económicas, en que los ciudadanos puedan aprender y debatir libremente acerca de cuestiones que conciernen a todo el mundo. Unos espacios que siguen siendo prerrequisito ineludible para la salud democrática de nuestras ciudades.

David Bravo Bordas, arquitecto.

[Última actualización: 02/05/2018]

Ficha técnica

CIUDAD: Chisinau
PAÍS: Moldavia
INICIO DEL PROYECTO: 2008
INICIO DE LAS OBRAS: 2009
FINAL DE LAS OBRAS: 2010
DIRECCIÓN DE OBRA: Oberliht Association
CONSTRUCTORA: Oberliht Association / Monolit Factory
SUPERFICIE: 14 m²
COSTE: 7.000 €
WEB: http://chiosc.oberliht.com

Créditos

PROMOTOR:
Oberliht Association

AUTORES:
Us Vladimir, Rusu Stefan


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