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  • SELECCIÓN ARCHIVO 2008

Nuevo paisaje urbano

El Álamo (España), 2008

Revalorización de un centro urbano a través de la renovación de su pavimento.

Estado anterior

El Álamo, una población de 7.500 habitantes situada treinta kilómetros al suroeste de Madrid, presenta un tejido radial atravesado en su centro por un eje vial diagonal. Prolongación del camino de Madrid, esta calle mayor recibe a su paso por el pueblo los sucesivos nombres de avenida de Madrid y calle de Las Escuelas. La plaza de La Constitución, sede del ayuntamiento, se apoya tangencialmente en el punto en el que cambia de nombre. Ahí, la calidad arquitectónica de los edificios no es digna de un centro urbano. Esta situación hasta hace poco tiempo se veía agravada tanto por el efecto invasivo del tráfico rodado y el aparcamiento indiscriminado como por el general estado de dejadez del espacio público. Sus desordenados pavimentos, llenos de escalones y otras barreas arquitectónicas, presentaban un precario estado de conservación. Las infraestructuras públicas tampoco eran las adecuadas: tanto los conductos de drenaje como los de suministro de agua, obsoletos y dañados, sufrían frecuentes rupturas.

Objeto de la intervención

En 2004, el ayuntamiento convocó un concurso que planteaba el reto de dignificar el centro urbano actuando exclusivamente sobre el espacio público. Con ese prerrequisito, la actuación debía ser capaz de transformar el paisaje urbano para conferir al centro una nueva identidad digna y representativa. La consecución de ese objetivo contaba con el propósito del gobierno municipal de construir próximamente un gran aparcamiento excéntrico que debe absorber buena parte del volumen de vehículos repartidos por todo el pueblo.

Descripción

La actuación parte de la conversión de la plaza de La Constitución y dos tramos adyacentes de la calle de Las Escuelas y la avenida de Madrid en una zona peatonal de más de nueve mil metros cuadrados. Como en un woonerf holandés, los vehículos aún tienen un acceso restringido, pero el aparcamiento ha desaparecido y se invierte la antigua proporción entre las zonas peatonales y las zonas para el tráfico rodado. En cada tramo de calle, el arbolado y el mobiliario urbano se disponen formando franjas longitudinales que protegen las zonas laterales peatonales del paso central para el tráfico rodado. Las zonas peatonales confieren a la calle una sección asimétrica, con una franja para andar, estrecha y libre, y una franja para estar, ancha y equipada. Los recorridos de circulación serpentean entre los lugares destinados a la reunión y el descanso, que se sitúan alternativamente a ambos lados del eje de la calle.

Eliminados los escalones y las aceras, toda la superficie de intervención queda al mismo nivel, de modo que el espacio se hace continuo y accesible. El pavimento obedece a una trama de hojas de acero corten sobre la que se alternan tramos de texturas distintas resueltos con enlosados de granito, empedrados de adoquines, tendidos de hormigón o rellenos de tierra vegetal. Los elementos del mobiliario urbano, alcorques, alumbrado, bancos y papeleras, se componen ordenadamente sobre esa retícula. Los bancos y alcorques se agrupan bajo los árboles con el fin de liberar espacio. El perímetro de la plaza se resigue con hileras de almezos y en los tramos de calle hay almendros y liquidámbares que ponen de manifiesto el paso de las estaciones. Todas las infraestructuras han sido renovadas y el cableado de las fachadas se ha enterrado bajo el pavimento.

Valoración

Ninguneado como una tarea menor, el oficio de pavimentar y equipar un espacio urbano a menudo sufre el empleo inercial de soluciones constructivas estandarizadas, que se aplican de forma automática, sin demasiada voluntad ni reflexión. Otras veces, ese mismo desprecio se manifiesta como un complejo de inferioridad que se pretende superar a través de sobreactuaciones estridentes y exageradas.

Por el contrario, esta actuación celebra la importancia del oficio desde una actitud al mismo tiempo modesta y ambiciosa. Es ambiciosa la voluntad de revalorar un centro urbano actuando sólo sobre el pavimento y el mobiliario. También lo es la voluntad con que se reflexiona acerca de las posibilidades de conjugación de los diferentes elementos urbanos sobre una misma trama ordenada y unitaria dictada por el pavimento. Pero la importancia atorgada al pavimento se manifiesta en un juego sabio y discreto que evita las estridencias de lo monumental para reconocerse con modestia dentro del paisaje urbano. Las leyes internas de este juego compositivo se subordinan modestamente al uso público del espacio, ofreciendo lugares concretos en los que estar, jugar, convivir. Es de este modo que el espacio urbano puede empezar a convertirse en espacio público.

David Bravo Bordas, arquitecto

[Última actualización: 02/05/2018]

Ficha técnica

CIUDAD: El Álamo
PAÍS: España
INICIO DEL PROYECTO: 2005
INICIO DE LAS OBRAS: 2006
FINAL DE LAS OBRAS: 2008
SUPERFICIE: 9.300 m²
COSTE: 1.889.000 €

Créditos

AUTORES:
Angel Luis Fernández Campos, María Dolores Sánchez Moya

COLABORADORES:
Rafael Valín, Álvaro Sánchez Ballesteros, Raúl Carpintero Ciudad Real, JG ingenieros

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