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  • SELECCIÓN ARCHIVO 2006

Grotemarkt, Veemarkt

Malinas (Bélgica), 2005

Reforma de dos grandes plazas del centro histórico, bajo las que se han construido sendos aparcamientos subterráneos

Estado anterior

Ya próspera gracias a su estratégica posición sobre la ruta comercial del río Dijle, Mechelen alcanzó un periodo de apogeo económico y cultural a principios del siglo XVI, en que Margarita de Austria fue designada gobernadora de los Países Bajos e instaló allí su corte. El legado de aquella época, durante la que se convirtió en una de las ciudades más importantes del norte de Europa, aún se evidencia en el casco histórico, en la suntuosidad de la catedral de Sint Rombaut y en las exquisitas fachadas de los edificios residenciales que la rodean. El esplendoroso patrimonio arquitectónico se estructura sobre un sistema de espacios abiertos que vertebra el tejido urbano y le confiere un elevado grado de centralidad y representatividad. Los más significativos son la plaza Grotemarkt (Gran Mercado), en el lado sur de la catedral, y la plaza Veemarkt (Mercado de ganado), unos doscientos metros más al este. La primera acoge, aparte de la catedral, el edificio del ayuntamiento; en la segunda se halla la iglesia barroca de Sint Pieter et Paulus y la escuela secundaria de Sint Rombaut.

Durante el último tercio del siglo XX, sin embargo, el centro histórico de la ciudad vivió una etapa de decadencia y abandono. Atraída por el sueño de una vivienda unifamiliar, aislada y con jardín, parte de la población se trasladó a la periferia y el casco antiguo se especializó en acoger a las clases más desfavorecidas, mayoritariamente representadas por la inmigración procedente del norte de África. El comercio del barrio sufrió una considerable retracción y el vehículo privado se apoderó indiscriminadamente de los espacios públicos. La Grotemarkt se convirtió en un gran aparcamiento en superficie y la Veemarkt, en un caótico nodo de la red de autobuses urbanos y regionales.

Objeto de la intervención

A partir de los años noventa, la ciudad inició una tímida reacción ante esta situación. En 1994, las instalaciones abandonadas de la Lamot, una antigua fábrica cervecera sita a orillas del Dijle, fueron reformadas y transformadas en un complejo multifuncional que reúne viviendas, comercios, un centro de congresos y un equipamiento cultural. También se actuó sobre el Bruul, una importante calle que cruza todo el barrio para conectar la Grotemarkt con la estación de ferrocarril, y que se convirtió en un eje exclusivo para peatones.

Poco después, con el objetivo de absorber la presión del vehículo privado en todo el centro, se proyectó la construcción de dos grandes aparcamientos subterráneos bajo la Grotemarkt y la Veemarkt. Iniciadas las obras, el ayuntamiento convocó un concurso internacional para reformar la superficie de ambas plazas. Los objetivos de la apuesta eran múltiples. Los espacios renovados debían ser lo suficientemente flexibles para acoger tanto actividades individuales y cotidianas como usos excepcionales y multitudinarios. Había que conjugar la circulación controlada de autobuses y vehículos privados con la prioridad del flujo peatonal. También se quería lograr que la relación entre el nivel del subsuelo y el de la superficie fuera clara y que superara la dimensión estrictamente funcional. Por último, era preciso reencontrar la dignidad perdida a través de un lenguaje contemporáneo pero plenamente respetuoso con las preexistencias.

Descripción

Ante la carga histórica del contexto, la intervención se centró en la eliminación de elementos que entorpecían su legibilidad y en un tratamiento sutil y racional de los espacios recuperados. La explanada de la Grotemarkt se ha revestido con una alfombra continua de adoquines que no indica ninguna dirección en particular y que se interrumpe de varias formas para responder a diferentes situaciones. Elementos como postes de alumbrado, árboles, canaletas de recogida de agua o sutiles cambios de nivel sirven para ordenar la estera y darle un cierto ritmo sin impedir la visión de las fachadas de su perímetro. Sobre la proyección del aparcamiento, las incisiones de las rampas de acceso y de salida, la emergencia de cajas de cristal que contienen escaleras y ascensores o la repetición reticular de lucernarios enrasados con el pavimento aportan claridad diurna al subsuelo y emiten luz, por la noche, a la superficie.

Al pie de la fachada sur de la catedral, la estera pétrea se desgarra en parterres de césped alargados y paralelos que señalan la presencia del antiguo cementerio. Están plantados con árboles y, de vez en cuando, quedan interrumpidos por hendiduras que se adentran ligeramente por debajo del suelo para acoger un banco resguardado. La estatua del santo en nombre del que se erigió la catedral ahora reposa sobre un lienzo de «kasseien», antiguos adoquines que se han restaurado. El límite sur de la plaza está definido por el Steenweg (camino empedrado), en el que se han conservado y reparado los adoquines existentes y se han plantado nuevos castaños de Indias. Más allá de esta calle, la actuación ha llegado hasta cruzar el Dijle, donde también se han reconstruido los pavimentos de los espacios exteriores de la antigua fábrica cervecera Lamot.

A lo largo de la Befferstraat, la calle que conecta la Grotemarkt con la Veemarkt y que se ha convertido en zona exclusiva para peatones, las terrazas de los cafés reciben la sombra de tilos plantados sobre una franja central ajardinada. Una vez en la Veemarkt, el pavimento de hormigón coloreado señala las zonas destinadas a la circulación peatonal, que son mayoritarias. Las paradas de autobús se han cubierto con tres marquesinas de estructura metálica negra y techo rojo. No están concebidas únicamente como zonas de espera para los usuarios del transporte, sino también como lugares de reunión de los estudiantes de la escuela secundaria de Sint Rombaut.

Valoración

La intervención ha liberado las fachadas de la Grotemarkt de obstáculos visuales y su superficie de impedimentos físicos. Ahora la plaza acoge los juegos y los paseos cotidianos, pero también el mercado semanal y, eventualmente, la celebración de acontecimientos multitudinarios como conciertos de rock. Por su lado, la Veemarkt mantiene el carácter populoso y dinámico que le confiere la estación de autobuses, pero se libera del anterior caos que imperaba en ella. Ahora ya no es sólo un lugar de paso, sino también un lugar de encuentro pacificado. Estos resultados hablan por sí mismos sin que les reste protagonismo ninguna arquitectura reflejada en sí misma. Y es que, aparte de liberarse de obstáculos visuales, de impedimentos físicos y del impacto del tráfico rodado, ambas plazas se han salvado de una posible actitud reformadora que, sin respeto alguno por el contexto y con miedo al vacío del espacio, hubiera podido llenarlas de caprichos esteticistas e impertinentes.

David Bravo Bordas, arquitecto

[Última actualización: 02/05/2018]

Ficha técnica

CIUDAD: Malinas
PAÍS: Bélgica
INICIO DEL PROYECTO: 2002
INICIO DE LAS OBRAS: 2003
FINAL DE LAS OBRAS: 2005
SUPERFICIE: 37.775 m²
COSTE: 7.643.000 €

Créditos

PROMOTOR:
City of Mechelen

AUTORES:
Studio Bernardo Secchi, Paola Viganò


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