Estado anterior
Metaxourgio, antigua colonia fabril y enclave vinculado durante toda su dilatada vida a la producción y al comercio, se convirtió a finales del siglo XIX en un barrio residencial de acogida para los inmigrantes rurales y adquirió un carácter fuertemente popular marcado por la convivencia de viviendas y talleres de tamaño diverso, herencia de su pasado productivo. A finales del siglo XX acogió nuevamente, y acoge todavía, a las nuevas oleadas de inmigrantes llegados de todas partes, aunque el tejido urbano, con graves problemas de degradación y con buena parte de las naves anteriormente productivas abandonadas, se convirtió en el testigo enfermo de graves problemas de marginalidad, aislamiento físico respecto al resto de la ciudad y precariedad económica.En los últimos años, el Ayuntamiento de Atenas ha puesto en marcha en este barrio del tercer departamento de la ciudad un programa de medidas de regeneración urbana encaminadas a reequilibrar los desajustes sociales mediante la rehabilitación de casas abandonadas y/u ocupadas por inmigrantes ilegales y colectivos drogodependientes y la instalación de centros para jóvenes y para personas mayores. Los restaurados edificios de la antigua Compañía del Gas se han reconvertido en equipamientos culturales diversos y en general las mejoras han provocado un incremento de la afluencia a este barrio próximo al centro de Atenas de visitantes del resto de la ciudad, hecho que ha mejorado la conectividad con los otros tejidos urbanos y la visibilidad general del barrio para los demás ciudadanos.
Objeto de la intervención
La Asociación de Vecinos del barrio de Metaxourgio había instado repetidamente y con carácter urgente a las autoridades a que acondicionaran unos espacios abandonados en pleno corazón del asentamiento. Estos espacios, flanqueados por edificios muy degradados, como la fábrica de seda, permanecían abandonados, sucios e invadidos por actividades clandestinas y aparcamientos ilegales en superficie. Poder revivir el ambiente perdido de las antiguas plazas borradas por la inercia de abandono y olvido como lugar de encuentro de la gente del barrio habilitando espacios específicos para los niños y los jóvenes fue el objetivo principal de estas reivindicaciones.Descripción
La intervención llevada finalmente a cabo por el Ayuntamiento supuso el acondicionamiento de dos plazas y la peatonalización de algunas de las calles adyacentes a los antiguos solares. Con un presupuesto limitado, el proyecto abordó la definición de las plazas principalmente a partir del tratamiento de la base del suelo. Ambas plazas, en continuidad espacial, se pavimentaron siguiendo un diseño general guiado por un orden de repetición de cuadrados de 4 x 4 metros y bandas de 2 metros de adoquines de hormigón y tiras de mármol gris, respectivamente. En las bandas de 2 metros se enclavaron unos pocos árboles nuevos plantados atendiendo a estudios de insolación y seguridad, que pasaron por la combinación de árboles de hoja caduca y perenne alternativamente, para garantizar la visibilidad general del espacio en todo momento. Al mismo tiempo, las plazas, pese a entenderse como un todo, obedecen en su configuración formal a diferentes parámetros de uso. Así, el sencillo diseño general del pavimento descrito, pese a mantenerse, se flexibiliza y suaviza en la plaza a la cual se asigna principalmente la función de acoger los juegos infantiles, otorgándole un carácter más sufrido y adecuado a estas actividades, para convertirse en un auténtico campo de juegos para niños y adolescentes.Valoración
Es éste un proyecto sencillo y modesto, aunque tiene la virtud de actuar donde hace falta. Este elemento debería ser siempre uno de los principales objetivos del planeamiento urbanístico y de las políticas urbanas en materia de espacio público. Invertir en contextos económicos deprimidos donde las tensiones y los conflictos sociales suelen tener más dureza. Crear, recuperar y cuidar el espacio público allá donde sus funciones intrínsecas (como elemento catalizador de la cohesión social, la integración cultural y la convivencia) pueden revertir más positivamente en la gente.Este proyecto posibilista y responsable, quizá limitado por las partidas presupuestarias de las que dispone, no lo ha estado, en cambio, en las repercusiones positivas que supone para este antiguo barrio en el que se inscribe y que gana, gracias a esta intervención, un escenario en el que mostrarse, encontrarse, reconocerse y ser.
Mònica Oliveres i Guixer, arquitecta
[Última actualización: 30/07/2019]
