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En el 16º distrito municipal de Ottakring, Viena, la Yppenplatz acoge los puestos fijos de un mercado centenario que, pese a constituir, junto con el mercado de Bunnen, la mayor superficie de mercado callejero de Viena, acusaba una falta de inversión pública y privada que, motivada por la ausencia de perspectivas de futuro, fue mermando su funcionamiento al tiempo que creaba un influjo negativo en toda la zona. La poca adecuación ante la presión de utilización que soportaban tanto el mercado, una superficie trapezoidal, como unos espacios libres fundamentales para el barrio, el parque de época Gründerzeit y un espacio adyacente, convertían el conjunto en un lugar en retroceso cuyas viejas configuraciones no se ajustaban a las funciones requeridas y generaban muchos conflictos en su uso. La falta de equipamiento y de claridad de los diferentes espacios, así como el poco arbolado, muy envejecido, hacían más notorio el déficit de espacios verdes y superficies libres en un distrito física y socialmente muy denso.

En el marco del programa global URBAN Wien, integrado en la iniciativa URBAN de la Comunidad Europea, se definió en 1995 el proyecto integral Ypp-activ para estimular la dinamización económica y social de todo el sector urbano alrededor del Bunnemarkt, a través de diferentes medidas de mejora urbana. Para asegurar a medio y largo plazo el desarrollo autónomo de la zona, en 1997, a partir de este proyecto previo y de la iniciativa ciudadana constituida en el Foro Yppenplatz, se inició una etapa de participación e implicación local que convirtió la planificación y la programación de las actuaciones en un proceso vivo en el que, con el asesoramiento especializado de un equipo de proyecto interdisciplinario y con reuniones mensuales entre diferentes actores, se encauzó y coordinó la cooperación con las entidades locales.

Descripción

La fase de realización que se inició en 1998 comportó la reconfiguración de los espacios públicos, la implantación de nuevas dotaciones de equipamientos, servicios e infraestructuras para el mercado y su entorno, y la definición de unas pautas de ordenación para la renovación progresiva de los puestos a partir de la trama histórica del mercado y del desarrollo tipológico que habían sufrido los puntos de venta a lo largo del tiempo. La intervención en el espacio público se basó en una nueva configuración para clarificar los recorridos y liberar los espacios de barreras, definiendo tres zonas diferenciadas; la zona central, entendida como una zona de paso, animada y soleada, y las zonas adyacentes al norte y al sur, reforzadas por las líneas del mercado como espacios de movimiento pausado, protegido y sombreado bajo un nuevo techo de árboles. La voluntad de responder a las diferentes demandas de uso sin crear una separación estricta de las funciones se tradujo en la definición de unas estructuras que no supusieran límites físicos, sino límites temporales de utilización. Para ofrecer un margen de interpretación a los usuarios se combinó la instalación de elementos conocidos con elementos de utilización más abierta.

La zona central de la plaza reconfigurada acoge una terraza adyacente a la oficina del mercado, ligeramente elevada respecto a éste, una zona deportiva con superficies de goma donde se extienden las pistas de juegos con redes para recoger las pelotas y canastas de streetball y un ámbito sin árboles donde el suelo de hormigón se pliega constituyendo pequeños muros para sentarse o tenderse en ellos. Sobre estos muros, para fomentar las ideas de utilización espontánea, se dispusieron diferentes barras verticales que continúan la cadencia de los árboles y pueden usarse como soporte para redes de juego, pancartas, toldos o decoraciones festivas. En el margen del norte se instaló una zona de juegos infantiles y en el del sur, en un lugar de acceso próximo al mercado, se concentraron diferentes servicios: dotaciones de lavabos públicos, teléfonos, fuentes de agua potable y superficies de arena para el juego de la petanca.

La implantación de un nuevo centro de transformadores y la renovación de las instalaciones eléctricas del mercado, así como la disposición de nuevas conexiones de agua y alcantarillado para todos los puestos integrados en los edificios, supusieron la eliminación de los bloques de conexiones aislados que habían representado un laberinto de obstáculos en la antigua configuración del espacio. La instalación de un centro de recogida de basuras y sustancias problemáticas para los vecinos con un compactador de desperdicios y una amplia zona de manipulación entre el mercado mayorista y el minorista, minimizó el impacto de la acumulación de basuras y sistematizó su recogida selectiva.

Con la intención de regularizar las construcciones heterogéneas que sobre una trama regular constituyen un mercado en el que muchas de las casetas de venta son de propiedad pública, se planteó una nueva forma de cubierta como principio básico de ordenación, persiguiendo la construcción de una quinta fachada ordenada y unitaria. Una pared dorsal de hormigón y un nuevo techo sobre un esqueleto estructural metálico debían estimular la inversión de los comerciantes. El proyecto arquitectónico para la paulatina transformación de las casetas de venta se concretó con la construcción de un puesto de muestra, que fue concebido para facilitar la adaptabilidad a los cambios de uso y para posibilitar la integración en el nuevo sistema de las construcciones existentes en buen estado. La construcción de una hilera en el lado norte del mercado de Yppen sustituyó a las antiguas barracas provisionales, liberando espacio libre municipal. Las demoliciones, que comenzaron tímidamente, se fueron incrementando a lo largo de las hileras por las expectativas que despertaron.