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  • SELECCIÓN ARCHIVO 2002

Ville-Port

Saint-Nazaire (Francia), 2001

Remodelación urbanística en el puerto de Saint-Nazaire; reconversión de una antigua base de submarinos para uso público y reurbanización de espacios exteriores

Estado anterior

El territorio portuario de Saint Nazaire, marcadamente industrial a raíz de la importancia económica que durante años tuvo para la región, permanecía ajeno al núcleo urbano desde, sobre todo, el repliegue que la ciudad efectuó en su esforzada reconstrucción, tras los bombardeos aliados que sufrió durante la II Guerra Mundial. En 1946, siguiendo la pauta del plan que dirigió el proceso de reconstrucción urbana, se estableció una franja “sanitaria” entre el centro y el puerto, que condenó el ámbito portuario a una situación de aislamiento manifiesto y prolongado. Desde entonces, la vida de la ciudad se organiza fundamentalmente sobre la dirección este-oeste, hacia las playas y la zona balnearia.

Al mismo tiempo, la incómoda presencia en la dársena del puerto de una base militar construida en 1941 para alojar la flota submarina del ejército alemán, perpetuaba el recuerdo de la ocupación y de la tragedia entre los habitantes de Saint Nazaire y contribuyó, junto con los episodios de crisis industrial, a dibujar un escenario de olvido y periferia alrededor del puerto en el estuario, durante años funcionalmente alejado, así, de la vida diaria de la ciudad.

Objeto de la intervención

La voluntad de reconducir esa situación y de afrontar el aislamiento de la zona portuaria surgió como un intento de superar el pasado y apostar decididamente por el futuro de toda esta área, central desde el punto de vista de su ubicación respecto al contexto urbano, aunque convertida en periferia a raíz de la historia.

El proyecto para la mejora e integración del recinto portuario en la estructura urbana, elaborado en sucesivas fases de concurso y ejecución, había de conseguir lo que en cierta medida su nombre anticipa: naturalizar las relaciones entre la ciudad y el puerto o reinventarlas, dado el grado de independencia y recíproca ignorancia sostenido en el transcurso del tiempo por ambas realidades. Para conseguirlo, era fundamental dialogar con ese pequeño fragmento gigantesco de la historia constantemente escenificada por la brutal presencia de la fortificación militar, una mastaba de hormigón de 900.000 m3 con 17 alvéolos paralelos al nivel del agua. La tensa relación entre la mole de la base submarina y la ciudad era la delicada tesitura a partir de la cual debía abordarse el proyecto. La recalificación de las áreas de intervención en el entorno inmediato del puerto debía aportar una nueva lectura de la ciudad.

Descripción

El proyecto de Ville-Port, que asumió desde el principio la condición periférica e híbrida del contexto portuario, reorientó la ciudad hacia el puerto industrial sobre la directriz norte-sur configurando una orientación urbana potente a través de un sistema de nuevas referencias. La reconversión de la antigua base submarina en un espacio público con distintos equipamientos, –salas de exposiciones, cines y restaurantes–, recentralizó la zona y artículo en su entorno un conjunto de nuevos usos –servicios, vivienda y equipamientos–, plazas y recorridos, muchos de transición, que, vinculando diferentes episodios de la geografía histórica de la ciudad, inauguraron una relación más permeable entre el centro de Saint Nazaire y el tejido portuario, y aproximaron la ciudad al vasto horizonte en el estuario del río.
La respuesta del proyecto a la tensión simbólica y física –psicológica y espacial– existente entre la ciudad y la base pasó por la apertura de cuatro alvéolos en el centro del basamento de la gigantesca construcción para su uso público, manteniendo los restantes alvéolos para actividades culturales y recreativas o para sus usos preexistentes. Si, durante años, el perfil gris de la masiva fortificación se había destacado sobre un tejido urbano continuo, construido con muy baja densidad, el proyecto capitalizó esa condición convirtiendo la base en una atalaya desde la que se pudiera producir la visión panorámica conjunta, y por lo tanto también el reconocimiento recíproco, de la ciudad y el puerto, habilitando un puente en rampa con diferentes construcciones incorporadas para el acceso directo a su plataforma de cubierta, en un acto de doble aproximación al volumen y a la historia, y de comprensión urbana de un contexto privilegiado.

La reinterpretación del interior de la gran masa de hormigón como atrio-vestíbulo equipado y a cubierto para la ciudad con vistas a las grandes piezas industriales presentes en el muelle, y el derribo de los almacenes de la franja “sanitaria” que durante más de cinquenta años habían desterrado la base de la vida cotidiana de Saint Nazaire, significaban la clara transformación de una zona hasta entonces poco visible en un lugar capaz de acoger funciones regionales y ciudadanas de ocio, cultura y comercio.

El contraste cromático y de materiales entre los nuevos elementos, -puente de acceso a la cubierta, pavimentos del nuevo aparcamiento, gran plaza preambular o instalaciones en el interior de la base- refuerza la presencia de una construcción colosal que ve puntuadas sus brutales dimensiones, tanto físicas como simbólicas, por elementos que introducen una lógica más humana en sus entornos y en su mismo interior.

La base abierta al público se convierte en un espacio central y partícipe de una constelación más amplia de espacios flexibles para los cuales representa un ámbito común, organizador de accesos y flujos, un punto aglutinante de funciones de servicio y de control. La actuación representa la posibilidad de apropiación lúdica y de uso intensivo de todo un ámbito reconcebido a partir de sus vacíos, de viejas presencias y de nuevos elementos. El proyecto de Ville-Port supone la creación de un lugar que no existía, entendiéndolo como la infraestructura que había sido, pero transformando sutilmente su anterior introversión a través del nuevo papel que el proyecto confiere a la construcción militar como soporte generador de actividad, usos y miradas sobre la historia urbana. La transparencia y la doble penetración –interior y en la cubierta– se convierten en las señales más evidentes del cambio hacia una mayor apertura de la base, en la que la intervención no supone ninguna alteración sustancial respecto a su anterior configuración.

Valoración

Este proyecto supone un punto de inflexión en la relación entre Saint Nazaire y su puerto. Con una actuación amplia y generosa en los alrededores de la base y contenida en la gran mole de hormigón misma se consiguió, no sólo que la ciudad ganase un conjunto de espacios públicos exteriores versátiles, dada su configuración formal, sino también un itinerario histórico rico en episodios espaciales y la posibilidad de reconvertir un sitio que devino residual en un lugar para la celebración de diferentes actos de formato diverso, aunque manteniendo plenamente la vida de sus industrias -lonjas, estibadores, cámaras frigoríficas o arsenales, entre otras-. La secuencia de espacios exteriores con una lógica que busca la continuidad desde el mismo centro de la ciudad refuerza la reconversión del búnker de hormigón no sólo en un nuevo conjunto de equipamientos sino también en un lugar de reflexión sobre la industria bélica y la guerra y favorece la apreciación de la ciudad y de la base submarina, tanto en lo concerniente al exterior como desde su interior, condicionando espacios de muy impactantes para su utilización colectiva.

La historia deja huellas difíciles de asumir a muchos niveles, también a nivel urbano. La base de submarinos de Saint Nazaire, herencia alemana de la II Guerra Mundial, ha condicionado desde el día de su construcción la historia de la ciudad y su relación con el puerto industrial. Esta actuación supone la integración física y funcional del recinto portuario en la ciudad. Pero va más allá, a través de un marcado respeto por la memoria del lugar en una actuación integral trabada desde múltiples perspectivas, clara y sutil al mismo tiempo, supone la construcción de un tejido de soporte que, desde un programa de usos abierto y complejo, aportará a la zona, resituada en la ciudad, la concurrencia social necesaria para superar la barrera, también simbólica, que provocó su completo aislamiento ciudadano.

Mònica Oliveres i Guixer, arquitecta

[Última actualización: 02/05/2018]

Ficha técnica

CIUDAD: Saint-Nazaire
PAÍS: Francia
INICIO DEL PROYECTO: 1996
INICIO DE LAS OBRAS: 1999
FINAL DE LAS OBRAS: 2001
SUPERFICIE: 60.000 m²
COSTE: 13.000.000 €

Créditos

COLABORADORES:
ATELIER RUELLE, Angers, Oriol Clos, Javier Rui-wamba, COMETA, Saint-Nazaire, Philippe Cadró, ESTEYCO

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