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Plaça de la Constitució

Gerona (España), 1993

Plaza y aparcamiento subterráneo en los terrenos de una antigua fábrica en la zona del Mercadal de Girona, transición entre el núcleo histórico y el ensanche del siglo XIX

Estado anterior

El Ayuntamiento de Girona decidió en 1983 dedicar una plaza conmemorativa a la Constitución Española de 1978. Con este objetivo se escogió una parcela de terreno triangular situada en la zona histórica del Mercadal, límite entre el ensanche del s. xix y el casco histórico de la ciudad, en la ribera izquierda del río Onyar. Esta parcela estaba ocupada por los almacenes de la antigua fábrica de botones Grober (fundada en 1884) y quedaba delimitada por la Gran Vía de Jaume I y las calles de la Sèquia y Francesc Eiximenis.

Objeto de la intervención

A pesar de que en el concurso no se contemplaba la concesión y explotación de un aparcamiento subterráneo bajo la plaza, en el Plan Especial que se redactó con posterioridad sí se consideraba, junto con modificaciones substanciales del proyecto original.

Descripción

La plaza ocupa un terreno irregular y se encuentra rodeada de una serie de edificios heterogéneos en cuanto a función y apariencia. Está dividida en dos partes bien diferenciadas. La zona peatonal, forzosamente dura, al hallarse sobre un aparcamiento subterráneo, presenta una rasante algo superior con respecto al nivel de la calle y queda delimitada por un muro visto de hormigón, con lo cual se potencia la impresión de «contención» del espacio. Por otro lado, encontramos una zona «natural» con árboles dispuestos en hileras paralelas que recuerdan la conocida dehesa de Girona. El arbolado se alterna con esculturas y elementos del mobiliario urbano de carácter singular, ya que recuerdan, en una interpretación lúdica e irónica, los edificios que rodean la plaza. El lado orientado hacia la fachada convexa del edificio del Banco de España presenta un muro perimetral en el que se han insertado elementos de bronce que reproducen monedas españolas a tamaño gigante. Otros elementos singulares, casi surrealistas, son las moscas que se insertan en los alcorques de los árboles -San Narciso es el patrón de Girona-, los bancos de formas antropomórficas, los caños para la lluvia en forma de cabeza de carpa del río Onyar, el megáfono con patas y la fuente de letras de la que brota agua hacia los cuatro ríos de la ciudad. Ante la fuente y sobre un montículo se ha dispuesto la figura de bronce, obra de Francisco López, de una niña nacida en Girona el día de la promulgación de la Constitución, y cada cinco o diez años se colocará una nueva escultura de la niña con la intención simbólica de que la plaza continúe modificándose con el paso del tiempo.

Valoración

Partiendo de la premisa de que los mismos arquitectos definen la plaza como una prueba dentro de la ciudad, la plaza de la Constitución ha servido para ofrecer a los ciudadanos un nuevo espacio público en el corazón de la ciudad, recuperando un solar sin uso específico. Por otra parte, las originales características que definen la intervención han convertido esta plaza en un ejemplo de reconocimiento general por lo que respecta a la calidad y singularidad de su diseño.

Albert García Espuche, arquitecto


[Última actualización: 02/05/2018]

Ficha técnica

CIUDAD: Gerona
PAÍS: España
INICIO DEL PROYECTO: 1983
INICIO DE LAS OBRAS: 1988
FINAL DE LAS OBRAS: 1993
SUPERFICIE: 48.000 m²
COSTE: 1.014.710 €

Créditos

COLABORADORES:
Jon Montero, Juli Esteban, Antoni Font

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