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  • FINALISTA 2012

Pueblo Gallego square

Vigo (España), 2010

Creación de una plaza vestibular frente a una nueva sede del Colegio de Arquitectos de Galicia.

Estado anterior

El derribo de la antigua redacción de «El Pueblo Gallego», histórico periódico que había cerrado en 1979, abrió en el Casco Vello de Vigo un hueco inesperado. Quedaba muy cerca de «O Sireno», la extraña escultura que señala el centro neurálgico de la ciudad y lo rodeaban edificios de muy diferentes alturas y épocas, entre los que destaca el modernista Simeón, ecléctica y fastuosa sede de unos grandes almacenes de principios del siglo XX. Pero, a pesar de su centralidad, la riqueza del contexto y la confluencia de varias callejuelas que ensanchaban su vacío prometiendo la aparición de una plaza, el solar permanecía mudo, rodeado por una valla opaca y de coches bastante mal aparcados.

Objeto de la intervención

La situación se alargó unos años, hasta que el Ayuntamiento aprobó un plan que preveía edificar parcialmente la parcela con un edificio de servicios precedido por una plaza vestibular. El Colegio Oficial de Arquitectos de Galicia, corporación de derecho público que agrupa a los profesionales de este gremio, vio en ello la oportunidad de levantar su nueva sede en Vigo. Ambas entidades se pusieron de acuerdo para elaborar un programa de necesidades y convocar juntas un concurso público para la construcción del edificio y la urbanización de la plaza. El nuevo espacio público heredaría el nombre del antiguo periódico.

Descripción

La fachada principal del edificio y la plaza vestibular que lo precede se han concebido como un diedro dialogante y coherente. La primera está recubierta con una membrana translúcida y ventilada que reinterpreta la tradición de la mansarda en términos contemporáneos. La protección solar que le brinda esta segunda piel permite que la fachada pueda asomarse sobre la plaza con grandes superficies acristaladas a pesar de estar encarada a mediodía. Además, translucidez y profundidad hacen que la apariencia de la fachada varíe mucho en función de las condiciones lumínicas. Si de día tamiza los espacios que tiene detrás, mostrando un paramento de composición independiente, de noche se desvanece para insinuarlos de forma borrosa, llenando la plaza con sus luces como lo haría un farolillo de papel. Por su lado, la plaza también se asoma hacia el edificio. Un desnivel de más de tres metros, impuesto por la topografía de las calles perimetrales, brinda la excusa para que el firme de hormigón se pliegue formando un pequeño anfiteatro que abarca la entrada principal del colegio. Sus gradas y escaleras invitan a los usuarios a sentarse y permiten la celebración de actos con público, como conciertos o representaciones. En las contrahuellas de los peldaños hay luces empotradas que bañan tanto el plano del suelo como el de la fachada. El hormigón del firme está resuelto con varios acabados que definen diferentes ámbitos. En algunos de ellos hay incrustaciones de pizarras y sillares recuperados de los restos del desaparecido periódico. Aquí y allá, tanto si el suelo es llano como si forma gradas o rampas, aparecen alcorques circulares que interrumpen la continuidad del hormigón. En cada uno de ellos se ha plantado un poste vertical metálico que queda unido a otros a través de travesaños horizontales, igualmente metálicos. Los pórticos resultantes no solo prestan apoyo a luminarias, sino también a un techo vegetal de wisterias que brotan desde los propios alcorques. Estas trepadoras caducifolias, que dan sombra en verano, se dejan traspasar por el sol en invierno y florecen en primavera, aportan a la plaza mucha variabilidad a lo largo de las estaciones. Comparten los alcorques con otras plantas, como herbáceas de los géneros Miscanthus y Liriope o arbustivas floridas del género Cornus.

Valoración

Como quien pasa página en un libro, la intervención ha propiciado que plaza y fachada intercambiaran propiedades. En un juego de planos abatidos, la identidad de la antigua redacción de «El Pueblo Gallego» se ha proyectado sobre el nuevo suelo público, que ha heredado su nombre y algunos materiales constructivos. Además, el abatimiento ha destapado la nueva identidad del sucesor, el nuevo colegio, que se refleja igualmente en el suelo de la plaza. Tanto el plano horizontal como el vertical se han enriquecido con el diálogo, resonando el uno en el otro a través de dos buenas cualidades. Una de ellas es la porosidad, que permite tanto al techo vegetal de la plaza como a la membrana protectora de la fachada jugar con las sombras para refrescarse y ganar profundidad. La otra es la variabilidad, fomentada por juegos cromáticos y lumínicos, de reflejos y transparencias, que muda sus apariencias. Como resultado, porosidad y variabilidad dilatan en el espacio y el tiempo el umbral donde se encuentran el espacio público y el dominio privado.

David Bravo Bordas, arquitecto

[Última actualización: 02/05/2018]

Ficha técnica

CIUDAD: Vigo
PAÍS: España
INICIO DEL PROYECTO: 2006
INICIO DE LAS OBRAS: 2008
FINAL DE LAS OBRAS: 2010
DIRECCIÓN DE OBRA: irisarri-piñera
CONSTRUCTORA: Varela Villamor
SUPERFICIE: 1.950 m²
COSTE: 225.000 €

Créditos

PROMOTOR:
Colegio Arquitectos de Galicia

AUTORES:
GUADALUPE PIÑERA- JESUS IRISARRI IRISARRI-PIÑERA

COLABORADORES:
TIAGO, FATIMA IGLESIAS, JUAN NAVARRO, LIDIA FERNANDEZ

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