Estado anterior

Cuando se fundó, entre los siglos X y XI, la actual Copenhague se llamaba simplemente Havn, que significa “puerto” en danés. Con el tiempo, el nombre se fue alargando hasta dar lugar a Købmandshavn, o “puerto de los mercaderes”, de donde derivó al actual København. La ciudad se encuentra a caballo entre la isla de Amager y la de Zealand, separadas por el Gran Canal, que constituye el estratégico puerto natural que le da nombre.

El barrio de Islands Brygge, al noroeste de la isla de Amager, había vivido siempre de cara al canal. Aquí habían estado los concurridos baños públicos de Rysensteen, clausurados en 1954 debido al aumento de la contaminación de las aguas. Durante la segunda mitad del siglo xx el barrio se consolidó como importante sector industrial. Esto lo convirtió, entre las décadas de 1970 y 1980, en un barrio marginal y peligroso con un elevado índice de criminalidad. Sin embargo, últimamente Islands Brygge ha experimentado una serie de transformaciones encaminadas a dejar atrás su carácter industrial y marginal para convertirse en un atractivo polo de actividades sociales y culturales. Tanto es así que hoy se le conoce como el “Manhattan de Copenhague”, porque se ha convertido en uno de los barrios más caros de la ciudad. Una parte de su tejido industrial se ha sustituido por nuevos edificios residenciales que conforman el nuevo barrio de Havnestaden.

Descripción

Havnebadet es una nueva superficie ganada al agua del puerto. Se trata de una plataforma alargada que, siguiendo la dirección del canal, se yuxtapone a la parte central del Havneparken existente. La nueva plataforma, completamente entarimada con latas de pino cuperizado, tiene un perímetro casi rectangular de 25 metros de anchura por 90 de longitud. Su superficie está interrumpida por cuatro grandes aberturas de tamaños y formas diferentes que definen sendas piscinas para al baño. La más grande, de 86 metros de longitud por 8 de anchura, recorre en sentido longitudinal el borde occidental de la plataforma y está pensada para practicar la natación de forma estrictamente deportiva. Las otras piscinas, más próximas al césped del Havneparken, tienen funciones más relajadas o recreativas. La del extremo nordeste, con un perímetro sesgado, es la más profunda. Está provista de un pilón con escaleras que, a modo de proa de un barco, se eleva 4 metros por encima de la plataforma y permite practicar saltos de trampolín. La piscina central, rectangular y con una profundidad de 1,2 metros, está destinada a los juegos de pelota, como el voleibol o el pádel acuático. Por último, la piscina del extremo sudoeste, de poca profundidad, tiene el fondo ligeramente inclinado para facilitar la entrada y el baño a los más pequeños, a los ancianos y a las personas con algún tipo de discapacidad.

Una torre de vigilancia parecida a la chimenea de un barco se sitúa estratégicamente en el centro del lateral largo de la plataforma y permite controlar sin ángulos muertos la totalidad del equipamiento. Una serie de pasamanos facilitan el acceso y los posibles recorridos a personas con dificultades para caminar o invidentes. Algunos elementos constructivos recuerdan el pasado industrial de Islands Brygge: la pérgola que se ha instalado en el Havneparken está formada por vigas de acero recuperadas de una fábrica derribada y el casco invertido del antiguo transbordador de Pinen constituye la cubierta de un quiosco de bebidas.

En verano los baños están abiertos todos los días de la semana, excepto momentos esporádicos de intensas precipitaciones en los que aumenta la contaminación del canal y las autoridades se ven obligadas a cerrarlos. Aunque el acceso a las instalaciones es gratuito, por motivos de seguridad se restringe la entrada a un máximo de 600 personas de forma simultánea.