Projects Frontend Portlet

embedded = false isPreview = false
  • SELECCIÓN ARCHIVO 2010

Reforma del mercado municipal

Celje (Eslovenia), 2010

Transformación del edificio del mercado municipal en un porche económico, sostenible y solidario con el barrio que lo rodea.

Estado anterior

Reconocida con el estatus de villa de mercado desde el siglo XIV, Celje cuenta hoy en día con una población de casi cincuenta mil habitantes, lo que la convierte en la tercera ciudad más grande de Eslovenia. Su mercado municipal se halla en el corazón del casco histórico y, a pesar de la adyacencia con un centro penitenciario, es uno de los focos de vida social más intensos de la ciudad. Ocupa la totalidad de una manzana alargada y ligeramente trapezoidal, de unos ochenta metros de largo.

A pesar de su vitalidad, el edificio, construido a mediados del siglo XX, estaba hasta hace poco tiempo sumamente deteriorado. La superficie de su cubierta se había ampliado de forma muy precaria con toldos y placas de fibrocemento. En su perímetro se amontonaban desordenadamente numerosos puestos improvisados y los vehículos privados aparcaban en sus alrededores de forma caótica e indiscriminada.

Objeto de la intervención

En 2006, el Ayuntamiento de Celje destinó una inversión de más de dos millones de euros a la reforma integral del edificio. La intervención no pretendía solo mejorar el estado de la estructura y las instalaciones, sino también potenciar su relación con el contexto urbano para sacar el máximo rendimiento de su capacidad de dinamizar el barrio.

Descripción

Si bien consta de una cubierta que lo protege del sol y de la lluvia, el nuevo mercado no tiene ningún tipo de cerramiento perimetral. Ello lo relaciona muy directamente con las cuatro calles que lo rodean, que también han sido renovadas. Ahora cuentan con plazas de aparcamiento reglamentarias, con nuevos bancos de madera y con un firme de losas de piedra blanca que se adentra bajo la cubierta del mercado.

Esta está formada por una secuencia de diez crujías paralelas, de anchos diferentes y soportadas por pilares situados en sus extremos. Obedeciendo a la forma trapezoidal del emplazamiento, la longitud de las crujías aumenta paulatinamente de modo que la del extremo oriental llega a tener una luz de cerca de veinte metros. Cada crujía está cubierta con un techo inclinado que cae en su dirección longitudinal. Tanto la pendiente como el sentido de esa caída difieren de una crujía a otra, de forma que entre ellas aparecen rendijas triangulares por las que se filtra la luz natural. Esta variación hace que los alzados longitudinales del mercado adopten un contorno escalonado y arrítmico y explica que, a pesar de la considerable distancia entre los soportes verticales, los cantos de los techos sean bastante reducidos. La explicación radica en el hecho de que las rendijas triangulares, cerradas con paneles de policarbonato translúcido, contienen jácenas de mayor canto que asumen discretamente los esfuerzos estructurales.

Bajo la cubierta hay tres cuerpos cerrados que en ningún caso llegan a tocar el techo. Uno de ellos es un cubículo acristalado que contiene una cafetería relacionada con una terraza en la que hay algunas mesas y sillas. Los otros dos forman una franja que resigue buena parte del lado meridional del mercado amortiguando la presencia del centro penitenciario. Contienen, aparte de servicios, almacenes y cámaras de residuos, una hilera de puestos constituidos por paneles de aluminio que adoptan diferentes posiciones para exponer el género, permitir el acceso de los vendedores o bien cerrarlos completamente. Los demás puestos del mercado son simples mostradores de piedra blanca, distribuidos en hileras paralelas que llenan el resto del espacio cubierto e incluso la superficie de una plazoleta adyacente.

Valoración

Mientras las grandes superficies devastan las costumbres alimenticias de la población y promueven la dispersión periférica de una ciudad rendida al automóvil, el mercado municipal es un motor de centralidad que dinamiza los barrios, refuerza el tejido social y consolida una cultura gastronómica centenaria, basada en alimentos saludables, locales y de temporada. Por ello es legítimo ocupar una plaza con los puestos de pequeños comerciantes o cubrirla con un techo cívico que les resguarde del sol y la lluvia. Ocupada o cubierta, sigue siendo un espacio público. Sin embargo, bajo el pretexto de que los hábitos de consumo han cambiado, hoy se acusa demasiado a menudo al mercado de pertenecer a un modelo anacrónico y tan pronto se permite que desaparezca como se le somete a reformas que lo adulteren para que se parezca a su competidor.

El nuevo mercado de Celje apuesta con valentía por interpretar con un lenguaje contemporáneo el modelo tradicional de mercado municipal. Si los mercados decimonónicos adoptaban la tipología basilical para romper la unidad de la cubierta y permitir la entrada de ventilación y luz natural, en este caso se explora una solución alternativa que logra la misma finalidad. Pero su pertinencia no radica tanto en cómo es sino en lo que deja de ser. Alejándolo del edificio hermético y climatizado, su condición de porche cívico, libre de cerramientos verticales, lo hace más económico, más sostenible y más solidario con el barrio que le rodea. Esta forma de no ser es fruto de una sabia comprensión de su propia genealogía, en la cabecera de la cual no hay nada más que un ágora ocupada por un mercado eventual.

David Bravo │ Traducción de Maria Llopis

[Última actualización: 18/06/2018]

Ficha técnica

CIUDAD: Celje
PAÍS: Eslovenia
INICIO DEL PROYECTO: 2006
INICIO DE LAS OBRAS: 2009
FINAL DE LAS OBRAS: 2010
SUPERFICIE: 2.650 m²
COSTE: 2.800.000 €

Créditos

PROMOTOR:
Municipality of Celje

AUTORES:
Krusec, Krusec, Kurincic


Documentos relacionados

También te puede interesar