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  • SELECCIÓN ARCHIVO 2008

Remodelación de la Plaza de Santo Domingo

Madrid (España), 2007

Urbanización de la cubierta de un aparcamiento subterráneo para dar continuidad a un nuevo itinerario peatonal que recorre el casco antiguo

Estado anterior

Cuando Felipe II trasladó su corte a Madrid, la ciudad, que por aquel entonces tenía un tamaño medio, vio llegar a un gran número de funcionarios y sirvientes reales. Para darles alojamiento, el monarca pactó con las autoridades de la villa la denominada «Carga de Aposento», que establecía que las casas con más de un piso de altura les tenían que ceder la mitad de su superficie. Ello suscitó la proliferación de las «casas a la malicia», construcciones de una sola planta que, dada su poca capacidad, provocaron una rápida expansión del tejido urbano. Durante el siglo XVI, el crecimiento de la ciudad fue tan repentino y el suelo devino tan preciado que no hubo tiempo ni espacio para abrir muchas plazas.

Esta situación se prolongó hasta el breve reinado de José I Bonaparte, quien, a principios del siglo XIX, recibió de los madrileños el sobrenombre de «Rey Plazuelas». Además de crear delante del Palacio Real la célebre Plaza de Oriente, el monarca, poco amigo de las órdenes religiosas, hizo derribar varios conventos que dieron lugar y nombre a nuevas plazas, como la de Mostenses, Santa Bárbara o Santo Domingo. Esta última, fruto de la demolición de un convento de dominicos fundado en 1218 por Domingo de Guzmán, alojó un mercado de flores al aire libre hasta que, durante el siglo XX, fue nuevamente ocupada por el edificio de un aparcamiento. Con una diferencia de altura de ocho metros entre sus extremos, la plaza describe un desnivel que se prolonga, a través de la cuesta de Santo Domingo, hasta la vecina plaza de Oriente, reflejando sobre la corteza de la ciudad el principio de la cuenca del Manzanares.

Objeto de la intervención

En los últimos años, el ayuntamiento está desarrollando una serie de actuaciones de quieren trazar un gran recorrido peatonal en el casco antiguo de Madrid. La puerta del Sol y la plaza de Oriente están conectadas por el eje rectilíneo de la calle del Arenal, en la que hace tiempo que no se permite la libre circulación de vehículos. En estos momentos, el consistorio desea complementar esa conexión con la definición de un recorrido alternativo peatonal que, partiendo de la puerta del Sol y a través de la calle de Preciados, pasa por la plaza de Callao y desemboca, describiendo un gran arco, a la plaza de Santo Domingo. Desde este punto, sólo habrá que bajar la cuesta de Santo Domingo para llegar a la plaza de Oriente. Preciados ya se ha convertido en zona peatonal hasta el punto que llega a la plaza de Santo Domingo, donde se ha derribado el edificio que la ocupaba parcialmente y se ha construido un aparcamiento subterráneo. En 2006 se destinó un presupuesto de dos millones de euros a la urbanización de la cubierta de ese aparcamiento.

Descripción

La parte central de la nueva plaza queda escalonada sobre dos grandes terrazas horizontales. Ello la obliga a separarse de los edificios perimetrales que siguen la pendiente de la topografía. En el límite norte, la separación viene dada por la propia cuesta de Santo Domingo, mientras que en el límite sur ha tenido que insertarse una rampa que serpentea entre la plaza y los edificios mientras da acceso a los portales y permite el paso moderado de vehículos.

La terraza más alta se extiende sobre una plataforma aproximadamente cuadrada cuyo lado oriental está a la altura de la calle de Preciados. Dada la caída del terreno, los tres lados restantes están suspendidos sobre muros de contención que cuentan con rampas y escaleras para salvar los desniveles. Contiene ocho parterres rectangulares y paralelos en los que se alternan árboles y matojos con bancos de madera. También aloja un recinto con juegos infantiles.

Una escalera y una gran rampa de dos tramos conducen desde esta plataforma hasta la terraza inferior. Ahí hay otra zona de juegos infantiles y un noveno parterre, similar a los anteriores. Esta segunda terraza está al nivel del punto medio de la rampa que serpentea en el frente sur de la plaza. Ello permite que ambas estén en contacto. Al final de la terraza, hay una gran escalinata flanqueada por jardineras que conduce al punto más bajo de la plaza y que está encarada con la continuación de la cuesta de Santo Domingo. Como resultado de una iniciativa experimental que quiere hacerse extensiva a otros espacios públicos de la ciudad, toda la plaza cuenta con conexión a Internet a través de una cobertura Wi-Fi para teléfonos móviles y ordenadores portátiles.

Valoración

La desaparición del edificio que ocupaba buena parte de la plaza de Santo Domingo permitió dar continuidad al gran recorrido peatonal que cruza el casco antiguo de Madrid. Sin embargo, al mismo tiempo, puso al descubierto la accidentada topografía del emplazamiento, que hacía difícil la consecución del plano horizontal indispensable para acoger las actividades y los usos propios de una plaza. Los mecanismos necesarios para desglosar la pendiente en varias terrazas han provocado la aparición de grandes muros de contención que dificultan la continuidad del recorrido, desdibujando el carácter de vacío no construido que se le supone a una plaza.

Sin embargo, la intervención ha sabido convertir esos inconvenientes en retos. La accesibilidad de toda la superficie de actuación ha sido plenamente garantizada, no sólo a personas con movilidad reducida, sino también a ciclistas y a cochecitos de niños. Esta accesibilidad ha sobrepasado el ámbito físico y se ha extendido a la esfera virtual, poniendo a disposición pública un servicio cada día más básico como es Internet. Por otro lado, el levantamiento de las plataformas ha permitido discriminar con eficacia la circulación perimetral de vehículos de la zona central para los peatones. Además, la sucesión de las terrazas evoca, en sentido descendente, la perspectiva que se tiene desde un belvedere y parece querer levantar el plano del suelo para ofrecerlo al sol y el cielo. Contrariamente, en sentido ascendente, la contundencia de las escaleras, las rampas y los muros de contención revela la accidentada naturaleza del terreno que cae hacia el cauce de Manzanares y que, aunque se esconda debajo de la corteza urbanizada de la ciudad, ha sido un factor determinante en la configuración de su morfología.

David Bravo Bordas, arquitecto

[Última actualización: 02/05/2018]

Ficha técnica

CIUDAD: Madrid
PAÍS: España
INICIO DEL PROYECTO: 2006
INICIO DE LAS OBRAS: 2006
FINAL DE LAS OBRAS: 2007
SUPERFICIE: 5.500 m²
COSTE: 2.000.000 €

Créditos

AUTORES:
José Carlos Mariñas Luis


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