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  • SELECCIÓN ARCHIVO 2006

Intervención en la muralla nazarí y su entorno

Granada (España), 2005

Polémica restitución de la continuidad lineal de la muralla nazarí y recuperación paisajística del cerro de San Miguel, delante de la Alhambra de Granada.

Estado anterior

Delante de la Alhambra y el Generalife, más allá del Albaicín, se alza el cerro de San Miguel, milagrosamente preservado como espacio natural y salvaje que ofrece una de las mejores vistas panorámicas de la ciudad de Granada. En su cima se encuentra la ermita de San Miguel Alto, flanqueada por dos tramos de muralla nazarí que se han conservado casi intactos durante más de cinco siglos y que coinciden con el límite del término municipal. La muralla y su entorno inmediato, únicamente poblado por higueras chumbas y pitas, constituyen un espacio verde que articula la relación de la ciudad intramuros con el territorio exterior.

A pesar de esta privilegiada situación, la zona, sumida en un estado de absoluta dejadez, constituye un sector urbano poco consolidado y afectado por algunos condicionantes de gran complejidad. Por un lado, se trata de un espacio libre y natural, pero, al mismo tiempo, residual y marginal. Por otro lado, nuevas urbanizaciones, formadas por viviendas adosadas con un importante impacto visual y ambiental, están remontando desde la década de 1990 la vertiente noroeste del cerro y se acercan peligrosamente a la muralla. Por último, en medio de este gran desorden, la muralla está incompleta: en el siglo XIX un terremoto fragmentó su brazo norte y provocó una brecha de 40 metros de longitud, visible desde la Alhambra. Esta herida sirve de paso franco a los peatones y los automóviles que se mueven entre la parte alta del Albaicín y la nueva urbanización de Los Cármenes de San Miguel.

Objeto de la intervención

Ante esta situación, en el año 2002 el organismo municipal Fundación Albaicín-Granada promueve una actuación que supone una inversión de un millón de euros, financiada con fondos europeos. Su principal objetivo es preservar el lugar para evitar que se llegue a construir en él y contener así la excesiva presión de las nuevas urbanizaciones. Para alcanzar este objetivo, el proyecto se vertebra en torno a dos grandes ejes estratégicos. Por un lado, pretende domesticar el paisaje vegetal, más que urbanizarlo; por otro lado, quiere rehabilitar la muralla y restablecer su continuidad lineal.

Descripción

La recuperación paisajística del cerro de San Miguel arranca con una operación de limpieza general. Las toneladas de residuos amontonados en las cuevas de los alrededores de la muralla se sustituyen por nuevas plantaciones de higueras chumbas y pitas. Además de restaurar las fachadas de la ermita, se mejora el estado de los caminos que la conectan con el Albaicín. Así, se restauran los fragmentos donde aún se conserva el empedrado granadino y donde éste ha desaparecido se dispone un pavimento blando de tierra apisonada. Los tramos de camino con más pendiente se resuelven con escalinatas formadas por grandes bloques de piedra apoyados sobre el terreno.

En cuanto a la rehabilitación de la muralla, la brecha se rellena con un apósito que evita el contacto directo con los restos históricos y garantiza la conservación de sus muros y sus cimientos. En contraposición con la tierra amasada de las tapias originales y el ladrillo de las restauraciones anteriores, ahora se utiliza una económica fábrica de bloques de granito bruto, con dimensiones normalizadas y junta de un milímetro de mortero de alta resistencia. El nuevo muro tiene exactamente el mismo grosor que los antiguos. Sin embargo, aprovechando que su solidez estructural no depende del hecho que sea macizo, ahora el muro se convierte en una crujía que aloja un angosto pasadizo de 80 centímetros de anchura. La disposición de los bloques de granito en los paramentos exteriores de la crujía deja unos vacíos aleatorios que, como en una celosía, recrean juegos lumínicos y ofrecen una vista calada de la ciudad. En los dos extremos del pasadizo hay dos puertas que comunican los dos lados de la muralla.

Valoración

Estas dos puertas, que no figuraban en el proyecto original, son fruto de la presión ejercida por los vecinos, que veían con malos ojos cómo desaparecía el paso franco que antes ofrecía la brecha. De hecho, la obra, interrumpida antes de su finalización, ha despertado en Granada una controversia mediática de grandes dimensiones que ha culminado con la sorprendente decisión, por parte del mismo Ayuntamiento que la promovió, de proceder a su derribo. El argumento con que se justifica oficialmente esta decisión es la inviolabilidad del patrimonio contra el que se afirma que atenta el proyecto.

En realidad, este despropósito delata dos actitudes que malinterpretan la intervención, lamentablemente efímera. En primer lugar, se reincide en la torpeza intelectual con la que todavía se interpretan las actuaciones no miméticas sobre el patrimonio. Esta intervención, lejos de atentar contra el patrimonio, es totalmente respetuosa. Desde la distancia, aporta continuidad visual al lienzo de la muralla y restituye el límite histórico perdido. Desde la proximidad, la rehabilitación de la muralla se aborda desde una óptica contemporánea que pretende reconciliar su significado histórico con su sentido actual, diferenciando de forma clara lo conservado de lo reparado, pero entonando su apariencia con el resto. En segundo lugar, se pone de manifiesto que el meollo de la polémica no se encuentra en el ámbito estrictamente arquitectónico, sino en el político. En efecto, la decisión municipal evidencia la dificultad de poner límite a la incontinencia urbanística que en la actualidad depreda muchos territorios de toda Europa. De algún modo, la muralla reconstruida debía ser un muro de contención de los crecimientos desbocados y, ahora, este muro volverá a estar peligrosamente rasgado.

David Bravo Bordas, arquitecto

[Última actualización: 02/05/2018]

Ficha técnica

CIUDAD: Granada
PAÍS: España
INICIO DEL PROYECTO: 2002
INICIO DE LAS OBRAS: 2004
FINAL DE LAS OBRAS: 2005
SUPERFICIE: 66.538 m²
COSTE: 995.000 €

Créditos

AUTORES:
Antonio Jimenez Torrecillas


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